El caballo es un animal que ha acompañado al hombre a lo largo de la Historia de la Humanidad, y es precisamente en la literatura donde más presente está, ya que todo caballero o héroe de fábula viene acompañado de un fiel compañero: un caballo.

 

Muchos son los nombres de los caballos que nos han acompañado desde pequeños en nuestras lecturas, pero lo cierto es que si intentamos elaborar una lista con todos ellos, algunos pueden que se nos hayan olvidado, por eso te los recordamos en el siguiente artículo, para que tengas constancia de sus hazañas y de la importancia que han tenido y que deberían seguir teniendo.

7 caballos mas famosos de la literatura

7 caballos mas famosos de la literatura

Índice:

  1. Pegaso, caballo alado de Zeus.
  2. El caballo de Troya.
  3. Babieca, heroína junto al Cid Campeador.
  4. El bueno de Rocinante.
  5. Lazlos y Al-Bourak, los preferidos de Mahoma.
  6. Bucéfalo, grandeza equina.
  7. El alto nivel de vida de Incitatus.

 

 

Pegaso, caballo alado de Zeus.

Pegaso nació del brote de sangre que manó de la cabeza de Medusa cuando ésta fue cortada por Perseo. De un pelaje blanco espectacular, impoluto y una elegancia nata, Pegaso pasó sus años de potrillo galopando y volando con sus alas por los jardines del Olimpo, junto a los dioses. De hecho, cuando volaba también articulaba las patas para dar sensación de estar volando con ellas y no con sus alas.

Pegaso, caballo alado de Zeus

Pegaso, caballo alado de Zeus

Este caballo alado fue el que montó y domó el héroe Belerofonte, y juntos vivieron numerosas aventuras y ganaron intrépidos conflictos, tuvieron gran química y se convirtieron en uno solo. Pero por desgracia, la avaricia rompe siempre el saco, y Belerofonte estaba empeñado en convertirse en un dios, por tanto intentó convencer a Pegaso para que volara hasta el Olimpo, pero éste que era un ser superior fue prudente y desobedeció dicha orden, tirando de sus lomos al arriesgado jinete.

Como castigo, Zeus condenó a Belerofonte a toda una vida en solitario caminando tan sólo con sus propios pies, sin posibilidad de volver a montar ningún otro caballo.

 

 

El caballo de Troya.

Una de las mayores estrategias de batalla de la Historia.

El caballo de Troya

El caballo de Troya

Los griegos construyeron un gran caballo de madera como ofrenda religiosa a los troyanos, ya que Grecia se encontraba por aquel entonces en guerra contra Troya. Dicha ofrenda, por ser de carácter religioso, no podía ser rechazada por los troyanos, y es en este momento cuando los griegos aprovechan dicha situación para traspasar las murallas de la ciudad de Troya, pues los soldados griegos se escondieron en el interior del caballo de madera, y cuando cayó la noche salieron sorprendiendo a los guerreros de la ciudad.

Aunque no se trata de un caballo de verdad, bien es cierto que su figura se usó como una estrategia bélica exitosa, por tanto es digna su mención.

 

 

Babieca, heroína junto al Cid Campeador.

Son muchas las versiones que se dan de este heroico ejemplar equino. Muchos autores determinan que fue macho, aunque otros afirman que las palabras del famoso poema Cantar del Mío Cid hablan de un caballo robusto, valiente, fuerte, veloz y obediente, pero que sin embargo resultaba ser una yegua.

Babieca, heroina junto al Cid Campeador

Babieca, heroina junto al Cid Campeador

Su origen también posee distintas interpretaciones. Por un lado se cuenta que fue un regalo por la victoria en Sevilla por parte de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, y que se trataba de un equino blanco de raza pura andaluza española. Otras versiones comentan que fue el mismo Cid quien eligió su caballo entre varios potros en el monasterio del monje cartujano Pedro El Grande, éste le invitó a elegir caballo para sus batallas de adulto y un joven Rodrigo escogió al más feo de todos -de hecho, la palabra babieca, bavieca en aquel entonces, venía a significar feo o torpe- y en una exclamación del monje por haber escogido al más ‘babieca’, el Cid lo miró y afirmó que así se llamaría, y que su aspecto no tendría nada que ver porque sería el caballo más valiente de toda España. Y de hecho así fue.

Cuando el Cid falleció, su mujer mandó atar al reciente fallecido héroe a la silla de su equino para que liderara sus tropas contra los musulmanes y éstos, al ver que galopaba hacia ellos huyeron espantados ya que pensaron que Rodrigo Díaz había resucitado de entre los muertos con aún más ira para matarlos. Dos años más tarde Babieca murió con 40 años de edad, siendo la excepción de la esperanza de vida de un equino, y fue enterrada o enterrado junto a su fiel dueño.

 

El bueno de Rocinante.

Uno de los caballos más famosos de la literatura españolaDon Quijote es la novela estrella de Cervantes y en ella se plasma la rutinaria vida de la época de los caballeros españoles, y en concreto de Castilla.

Don Quijote no podía emprender su famosa aventura sin un acompañante, su valeroso Sancho Panza, fiel compañero, ni tampoco sin un córcel que lo llevara, que en este caso eligió al más delgado y viejo de toda la cuadra, aunque para Don Quijote era un caballo magnífico y digno de acompañarle en el cometido de su hazaña, de hecho las palabras del caballero de la Triste Figura afirmaban que se trataba de un ejemplar equino más valioso que el mismísimo caballo de Alejandro Magno.

El bueno de Rocinante

El bueno de Rocinante

Comenzó su viaje sin darle nombre al caballo, llegó a tardar cuatro días en llamarlo de alguna forma especial. Don Quijote confiaba en que un caballero debía tener un caballo con un nombre de altura, que sonara bien, y por eso eligió Rocinante. En aquella época la palabra rocín daba nombre a persona o caballo que se dedicaba al trabajo en el campo, y lo combinó con la palabra ‘ante’ para hacer hincapié que su caballo se dedicaba antes al campo pero que ahora era un valiente equino de un osado caballero.

 

 

 

Lazlos y Al-Bourak, los preferidos de Mahoma.

Mahoma montado sobre Lazlos

Mahoma montado sobre Lazlos

Empezaba a predicar Mahoma la nueva doctrina del Islam cuando fue expulsado, junto con varios adeptos más, de su ciudad natal, La Meca, ya que su pueblo no le creían. Tras refugiarse en Medina, el gobernador de Egipto le regaló a Lazlos, su primer caballo y con el que realizaría la posterior peregrinación de regreso a La Meca, a lomos del equino, cuyo nombre significa «caballo del desierto». De tal manera quedó prendado Mahoma por este bello animal, que posteriormente decidió crear una nueva raza de equino, una pura, de ejemplares veloces, ágiles, esbeltos y fuertes. Fue cuando comenzó su pasión por los caballos, aunque siguió teniendo especial car

Representación de Mahoma surcando los cielos junto a Al-Bourak

Representación de Mahoma surcando los cielos junto a Al-Bourak

iño a su camello Al Qaswá.

Para engendrar esa nueva raza, cuenta la leyenda que Mahoma lo llevó a cabo a través de un proceso bastante curioso de selección: encerró durante 7 días a un grupo de caballos en un corral cuya ubicación se encontraba muy próxima a un riachuelo donde todos los animales solían beber. En el momento de dejarlos libres para que bebieran después de una semana, Mahoma los llamó para que se pararan antes de beber, y tan sólo acataron dicha orden, a pesar de estar sedientas, cinco yeguas de esos cien caballos. Mahoma las bendició, y ellas fueron el origen de la raza pura sangre árabe, siendo Al-Bourak una de esas cinco que se frenó antes de beber, y con la que Mahoma viajó desde La Meca hasta Jerusalén y volviendo otra vez a La Meca, pasando por los siete cielos, como si fuese un rayo, ya que ‘bourak’ significa rayo o estallido de luz fugaz.

Una vez fundada la nueva raza esbelta, fuerte y veloz, Mahoma afirmó «el diablo no osará entrar jamás en una tienda en la que habite un caballo árabe«.

 

 

Bucéfalo, grandeza equina.

Siendo Alejandro Magno aun un adolescente, su padre, el Rey Filipo de Macedonia, quiso regalarle un caballo de Tesalia fruto de la compra de un mercader, pues los caballos de Tesalia eran considerados los mejores para el combate, quiso así regalarle uno a su hijo. Pero tan pronto como quiso montarlo Filipo, se dio cuenta que había adquirido un caballo asustadizo e indomable, por tanto inservible para la batalla. Pero Alejandro se percató del problema: el caballo no tenía miedo, era desconfiado porque nadie le daba la confianza suficiente, de esta manera retó a su padre para montarlo, y el Rey quedó convencido aunque mucho no se fiaba. Alejandro colocó al caballo de cara al sol, así no tendría de qué desconfiar, cuando se hubo tranquilizado el equino se subió a la grupa, y así dejó a todo el mundo asombrado y sorprendido. El Rey Filipo, anonadado por la hazaña de Alejandro pronunció la tan famosa frase:

«Hijo, busca un reino que se iguale a tu grandeza, porque Macedonia es pequeña para ti»

Bucéfalo, grandeza equina

Bucéfalo, grandeza equina

Junto a su fiel compañero, Alejandro conquistó gran parte de Asia y atribuyó la mayor parte del mérito a su caballo, quien recibió el nombre de Bucéfalo por su bravura, pues significa ‘cabeza de buey’. Bucéfalo fue un caballo de una belleza inmensa, acompañada de una fuerza y resistencia inigualables. Cuando falleció a causa de unas heridas en batalla, Alejandro le rindió homenaje celebrando un funeral y nombrando a una de las ciudades conquistadas Alejandría Bucéfala. Se cree que esta ciudad fundada en la Antigüedad por Alejandro Magno se encuentra en algún punto de Pakistán.

 

 

El nivel de vida de Incitatus.

Incitatus fue el caballo de Cayo Julio César Augusto Germánico, apodado como Calígula, quien se convirtió en emperador de Roma a los 25 años. De proveniencia hispana, esta caballo era de raza pura española, con gran porte, brío y energía. Hispania importaba 10.000 ejemplares de caballos pura sangre hispanos a Roma, de esta forma fue cómo Calígula obtuvo a Incitatus.

El nivel de vida de Incitatus

El nivel de vida de Incitatus

Poco después de llegar a convertirse en emperador, Calígula comenzó a desarrollar una enfermedad mental que le hacía desvariar y pronto acabó con su sentido común. Muchas cosas hizo fruto de esa demencia, pero sin duda la más destacable era el enamoramiento que sufrió por parte de su caballo. Calígula afirmaba que el caballo le hablaba de forma especial y en un lenguaje secreto, que sólo él entendía, y que era el único que no le traicionaría jamás. Primero mandó recubrir de mármol la caballeriza de Incitatus, aunque se dio cuenta que era poco para su compañero y terminó cambiándole de refugio, para ello compró una villa con dieciocho sirvientes para el caballo, y les mandó a cada uno de ellos vestirle cada día con tejidos púrpuras, uno de los tintes más caros y exclusivos de la familia imperial de Roma, y adornarle con collares de oro y piedras preciosas. Calígula nombró cónsul a su caballo permitiéndole un asiento en el Senado romano, fue así como se convirtió en el primer caballo en disponer de un título de alto cargo de dicho nivel. Asimismo, lo casó con una mujer atractiva ya que el emperador romano no aceptaba que las yeguas estuvieran a la altura de un animal como Incitatus.

Incitatus también era un caballo de carreras, y la noche antes a la celebración de éstas Calígula mandaba promulgar una Ley de Silencio Absoluto en toda la ciudad para que su caballo pudiera descansar adecuadamente, además, dormía junto al equino para que se relajara antes de la competición. Incitatus solo perdió una carrera, y Calígula mandó dar muerte lenta al jinete ganador para que el pueblo romano aprendiera la lección.

 

 

Aunque hay muchos más, estos son sin duda los caballos más conocidos de la literatura del mundo, cada uno tiene sus mitos y leyendas. El caballo ha sido un animal que ha acompañado al hombre desde los principios de la Historia de la Humanidad, otorgándole una confianza que no ha depositado en ningún otro animal doméstico, tal es así que en la actualidad vemos muchas películas que giran en torno a la confianza que deposita el hombre en este animal, por lo que esta unión de humano y equino no se ha disipado hoy en día.

 

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