Una de las situaciones más esperadas para aquellos que se dedican a la cría de caballos, y además, conocer las tres etapas del nacimiento del potro puede ser muy importante para paliar con posibles dificultades, por esta razón se debe conocer el proceso completo del parto en la yegua.
Después de 11 meses de gestación llega el momento más esperado para los propietarios de caballos, el parto. Previamente, con unas 4 ó 5 semanas de antelación, se debe preparar el lugar donde se llevará a cabo el nacimiento del nuevo miembro equino para que la yegua pueda acostumbrarse, así se evita que su estrés aumente, y hará como suyo ese espacio, de manera que se sentirá tranquila en el momento en el que ocurra todo.
Unas horas antes al parto, la yegua puede mostrarse bastante inquieta y nerviosa, tumbarse y levantarse más veces de lo normal, y si se encuentra en una parcela conviviendo con más caballos, alejarse del grupo a una zona aislada y más tranquila.
Fases del parto en la yegua.
Primera fase del parto.
Esta primera etapa comienza con el gradual incremento de las contracciones del útero de la yegua, que significa que la cría está colocándose hacia el canal del parto, con el cuello, la cabeza y las patas delanteras extendidas hacia adelante. Normalmente, y aunque existen numerosas posiciones fetales, el potrillo se encuentra alineado con su madre, de manera que la columna del retoño y la línea inferior del abdomen de la yegua coinciden paralelamente.
El cuello del útero comienza a dilatarse para dar paso a las patas y el hocico del pequeño, una vez se han ‘roto aguas’.
Segunda fase del parto.
Se inicia con unas contracciones cada vez más fuertes, tanto uterinas como abdominales, que ayudan al potro a salir del útero. Por lo general la yegua pare mejor si se encuentra en solitario, aunque podemos observar desde la distancia por si hubiera que intervenir. Por ejemplo; los potrillos suelen nacer con la cabeza y las patas hacia abajo, en dirección a las patas traseras de la yegua ya que ésta posee un cuello uterino curvo, y si hubiera que ayudar al potro a salir, nunca debe hacerse tirando en paralelo al suelo, sino hacia abajo.
Si no se puede o surgiera otro tipo de complicación, hay que llamar a un veterinario para caballos lo antes posible.
Una vez ha nacido, el saco amniótico se rompe dejando al potro respirar por sí solo. Si por algún casual éste no se rompiera, debemos romperlo lo antes posible. Después, debemos dejar a la yegua con su cría a solas para que establezcan el vínculo de unión entre madre y retoño.
Tercera fase del parto.
Las contracciones disminuyen para dar paso a la expulsión de la placenta, proceso que suele durar entorno a unas 3 horas, en caso de no ser arrojada pasadas las 10 horas desde el parto, habría que llamar a un hospital veterinario para caballos y tratarlo como una urgencia equina, ya que podría infectarse. No debemos tirar de la placenta, podría producirse un desgarro.
Una vez superadas todas estas fases, el potro comienza a hacer vida normal, aunque también es recomendable echarle un ojo durante sus primeros días por si pudiera presentar alguna anomalía. En caso afirmativo, hay que avisar siempre a un veterinario equino.
Una nueva vida en el establo.
Aunque no se puede calcular la alegría que generan las nuevas crías de nuestros animales, sí que debemos tener presente que acarrean una obligación mayor.
Tendremos que estar muy pendientes durante el crecimiento del potrillo, éstos todavía no saben manifestar correctamente las dolencias o las irregularidades que pudieran sufrir, por eso debemos de estar más pendientes; asimismo, debemos tener el mismo cuidado con la yegua, ya que debe adaptarse a los nuevos cambios y al periodo de recuperación del embarazo y del posterior parto.
Teniendo en cuenta todo esto, no debemos dejar de disfrutar de nuestro nuevo miembro, ya que nuestra felicidad, y la de nuestros caballos, es lo primero.
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