Aunque se consideran un tipo más de animal doméstico, lo cierto es que los caballos requieren de muchos más cuidados especiales de los que podría conllevar atender a un gato o un perro, por ello mostramos a continuación una serie de consejos para cuidar de tu caballo de forma correcta.

 

Consejos para cuidar de tu caballo.

Tener un caballo es aceptar que se tiene una gran responsabilidad, sus cuidados son muy meticulosos y constantes, algunos de diario cumplimiento, por tanto el primer interrogante que uno debe responderse a sí mismo es: ¿voy a tener realmente tiempo para mantener sano a mi caballo? La segunda pregunta sería si se va a disponer de dinero suficiente, ya que toda la atención que necesita también es bastante costosa; hablamos de grandes cantidades de kilos de alimento, espacio suficiente de pasto y una buena área para realizar ejercicio a menudo, y como no, un establo en el que pueda descansar cómodamente.

Cuidados primordiales para tu caballo

Cuidados primordiales para tu caballo

 

Como recompensa ganarás confianza en tu nuevo compañero, no olvides que sus dimensiones físicas pueden engañar, pero lo cierto es que los caballos son animales muy sociables y cariñosos, y que todo el esmero que pongas en cuidarles adecuadamente lo van a tener muy en cuenta porque, además, son muy inteligentes.

Aunque existen muchos libros de grandes tomos en los que se indica cómo llevar a cabo el mantenimiento de la salud y el bienestar del animal, aquí te mostramos una pequeña guía para que te hagas una idea de los pasos a seguir para cuidar de un caballo.

Índice:

  1. Hora de descansar
  2. ¡Menú equino!
  3. Una de agua bien fresquita
  4. Al paso, al trote y ¡al galope!
  5. Peluquería y pedicura a punto
  6. Limpio como la patena
  7. ¡Ni lo sueñes, humano!

 

Hora de descansar

El refugio de tu caballo es muy importante. Aquí se tienen varias opciones, todas ellas son recomendables.

Construcción de refugio del caballo

Construcción de refugio del caballo

 

La primera que se nos plantea es que seas propietario de un área medianamente grande en la que tu caballo no se sienta agobiado, por lo que lo ideal sería un cerco vallado en el que pueda también pasear siempre y cuando quiera, con un cobertizo o caballeriza en alguno de los lados de ese cerco, que puede estar compuesto de tres paredes y la última abierta para que entre y salga cómodamente, siempre libre de alambres, pues de lo contrario podría herirse. Recuerda que tenga la profundidad suficiente como para que pueda resguardarse del viento, el sol en exceso, el frío o la lluvia, ya que todos estos factores pueden acarrear una enfermedad al animal.

Por otro lado, se tiene la opción del establo. Normalmente se suele aconsejar que sea grande para que, al igual que en el primer caso, no se agobie o se estrese, los caballos son muy propensos a asustarse si algo les incomoda, con unos 3 o 4 metros cuadrados de box en el establo estaría bien para que se sintiera cómodo en su descanso.

Establo del caballo

Establo del caballo

En ambos casos debemos construir una cama confortable para el animal, no es aconsejable que duerma sobre una superficie dura y lisa. Podemos formar una buena cama con lecho de paja o virutas de madera, las dos opciones son baratas y aseguran un reposo agradable.

Con el fin de evitar la proliferación de bacterias debemos pintar el cobijo del caballo un par de veces al año, la pintura erradicará con cualquier intruso bacteriano que se adentre en él, de no ser así las bacterias podrían seguir creciendo en el lugar de descanso del animal, pudiéndole ocasionar la aparición de candidiasis en las pezuñas

 

¡Menú equino!

¿Eso es pasto verde? ¡Qué rico! La alimentación es un factor que puede generar muchas enfermedades si no se toma muy en serio. Los caballos pueden tener distintos tipos de alimentación según estén de pastoreo o estrictamente ligados al mundo de la competición, sean de una u otra raza, etc. Pero lo más básico lo tienen en común.

menu equino

De primero, pasto

Para empezar un caballo medio suele comer 1 kilo por cada 45 kilos de su peso, por tanto, si el caballo pesa alrededor de 450 kilos, deberá comer 10 kilos de comida durante el día, repartidos equitativamente durante el día. Se recomienda que se haga en pequeñas dosis, esto es unas 2 o 3 veces al día, y a las mismas horas, ya que podríamos causarle estrés si se da cuenta de que no recibe su alimento en un momento en el que lo estaba esperando.

Lo bueno del pasto es que se trata de la opción más natural y fibrosa que podemos proporcionarle al animal. Este debe ser de buena calidad y abundante, ya que si escasea nuestro caballo podría digerir malas hierbas o hierbajos venenosos.

En el caso de que nuestro caballo no disponga de una zona amplia donde pastar deberemos de administrarle el alimento, éste estará formado de heno y avena, por norma general, y mezclándolo con alfalfa, remolacha o maíz, ya que cada uno aporta diferentes nutrientes para su organismo.

menú equino

Heno de alfalfa

No debemos alimentar al caballo inmediatamente antes o después de hacer ejercicio, su aparato digestivo es muy delicado y esto entorpecería su curso regular. Sí podemos darle algún premio o golosina como recompensa por haber hecho algún truco difícil o haberse superado así mismo, sin abusar, como manzanas o zanahorias; con el tiempo asemejará realizar un buen trabajo contigo con recibir alguna recompensa deliciosa.

 

Una de agua bien fresquita.

Procura suministrar agua dulce, fresquita –no congelada o excesivamente fría- y limpia durante todo el día a tu caballo. Ellos beben mucha agua, unos 15 litros más o menos al día, y si esta se encuentra en mal estado podría ocasionarle cólicos [enlace post cólico equino] que en numerosas ocasiones le puede costar la vida a nuestro compañero.

Una de agua bien fresquita

Una de agua bien fresquita.

El agua deberá de ubicarse en algún recipiente amplio y de fácil acceso para el animal, ni muy bajo ni muy alto, y además, que se encuentre protegido o lo suficientemente anclado como para que no se vuelque. Una alternativa es, si no disponemos de un gran barreño para rellenarlo de agua, es utilizar cubos lo más grande posibles, y meterlos dentro de neumáticos viejos, así no se volcarán.

 

 

Como ocurre con el alimento, tendremos que intentar que el caballo no beba cantidades excesivas de agua directamente después de hacer ejercicio, antes debe recuperarse y volver a la calma, ya que beber mucho, muy seguido y nada más terminar de ejercitarse podría sentarle mal, al igual que comer en abundancia inmediatamente después. Si notamos que está muy sediento podemos proporcionarle pequeñas dosis en intervalos pausados de tiempo, a fin de conseguir una buena ingesta.

Bebedero equino

Bebedero equino

 

Al paso, al trote y ¡al galope!

Exacto, los caballos son animales muy activos y enérgicos, y necesitan mucha actividad física para encontrarse sanos además de felices.

Ejercicio en el caballo

Ejercicio en el caballo

Aunque cada caballo es diferente a la hora de realizar ejercicio, éste depende de su edad, alimentación y raza principalmente, lo más normal es que lo ejercitemos durante una hora unas cuatro veces en semana, como mínimo, pero también debemos ser conscientes en establecer un límite, los excesos tampoco son buenos y no debemos abusar de entrenar demasiado. Nuestro caballo deberá tener siempre un día entero de descanso a la semana.

Al igual que a las personas, los caballos también necesitan calentar antes de hacer ejercicio ya que pueden lesionarse si nos saltamos este paso. Podemos empezar con un paseo tranquilo de unos 15 minutos, para que tenga tiempo suficiente de calentar todo el cuerpo; posteriormente pasaremos al trote donde también le daremos tiempo a que se acostumbre a este cambio de marcha para que, finalmente, no le provoquemos ningún tipo de contusión a la hora de galopar.

Tras el ejercicio, es conveniente que volvamos al paso unos 10 minutos para que sus músculos se enfríen y su cuerpo se relaje.

Al paso, al trote y ¡al galope!

Al paso, al trote y ¡al galope!

 

Peluquería y pedicura a punto.

Limpiar a nuestro caballo también le va a dar un aspecto más saludable, no existe una frecuencia exacta, lo que sí tenemos que tener en cuenta que debemos bañarlo en días en los que haya sol, para que se seque lo antes posible y no coja frío, y fuera del establo o cuadra, de manera que no la mojemos. Hay quien tiene en su establo una parte habilitada para el baño del caballo evitando, por una parte, sacarlo fuera en invierno aunque haga sol, y por otra, que se cale su zona de descanso.

Peluquería y pedicura a punto

Peluquería y pedicura a punto

Primero debemos empaparlo de cuello para abajo, ¡no le mojes directamente la cara! Resulta muy desagradable para ellos… Tras ello, es hora del cepillado y de la retirada de suciedad. Empezaremos usando un cepillo de raíces, más ancho, para apartar restos de barro y estiércol seco de su cuerpo, y posteriormente, un cepillo de crin, más suave, que usaremos en la cabeza y en las zonas con más hueso como las partes bajas de las patas, para no hacerle daño.

Para lavar la cara debemos usar una esponja, son suaves y nos facilita la limpieza de zonas concretas, como el surco de sus ojos, sus orejas o el hocico. Hazlo siempre muy despacio, no queremos que se asuste.

Cepillo de crin

Cepillo de crin

 

El momento de la limpieza nos proporcionará información sobre el estado de bienestar de nuestro caballo, esto es, si hay algún corte o herida, si tiene o no alguna garrapata. En caso afirmativo, contacta siempre con un veterinario equino.

Pasemos al momento de una buena pedicura equina. Sus cascos son muy sensibles, soportan mucho peso y deben estar muy cuidados. Retira la suciedad con delicadeza evitando posibles heridas, y en general, cualquier resto que pudiera incomodar a nuestro compañero. No existe, tampoco, una frecuencia exacta para limpiarlos, aunque sí es aconsejable revisarlos diariamente, por si tuviera alguna piedra o hierbajo incrustado en el casco.

Debemos estar muy pendientes de si tiene hongos o no, se suelen reconocer muy fácilmente, se forman como algo muy pastoso y blanco en la parte inferior de los cascos. En ocasiones desaparecen si dejamos a nuestro caballo pasar tiempo en un lugar seco, pero lo recomendable es avisar a un veterinario para que nos suministre medicamentos especiales.

Para evitar el exceso de sequedad en verano y de humedad en invierno podemos usar ungüentos de grasa aplicándolos con un pincel sobre sus pezuñas, y no olvidemos que cada seis o siete semanas deberemos de acudir a un herrero para un limado y cuidado perfecto de sus cascos.

Limpieza de los cascos

Limpieza de los cascos

 

Limpio como la patena.

Muy bien, ya tenemos limpito a nuestro caballo pero, ¿ya hemos acabado? ¡No! Su salud también depende de la limpieza de su entorno. Ya te habíamos avisado, es un compañero ideal… con mucha responsabilidad.

Debemos mantener todo absolutamente limpio, son muy propensos a enfermedades e incomodidades. Todos los días, unas 2 ó 3 veces al día deberemos eliminar el estiércol del establo o refugio donde duerma, y remover su lecho de paja durante el día, para que se acueste siempre sobre limpio. Es bastante aconsejable que retiremos la paja una vez en semana para proporcionarle una nueva.

No olvides inspeccionar su área de pastoreo por si hubiera alguna planta o hierba sospechosa o venenosa, así como bichos o animales pequeños que puedan molestar. Asimismo, se debe higienizar todos los días su comedero y bebedero, para librarse de posibles infecciones.

Limpio como la patena

Limpio como la patena

Teniendo todo esto en cuenta, tu caballo se encontrará en buenas manos.

 

 

 

 

 

¡Ni los sueñes, humano!

Te lo hemos repetido muchas veces… los caballos son muy asustadizos y es muy probable que reaccionen de manera defensiva, esto es, con algún golpe o una coz. Evita malos comportamientos como:

  • No corras muy cerca de él ni hagas movimientos muy bruscos.
  • Intenta no pasar muy cerca de su parte trasera… coz asegurada.
  • No salgas a montar con él si no llevas casco, chaleco reflectante en días con poca visibilidad o por la noche, y  lo más importante… si todavía no tienes mucha experiencia, o el propio caballo, con su doma.
  • Siempre que vayas a acercarte a él, procura que el caballo también te vea, haciéndolo por alguno de los dos lados estaréis ambos fuera de peligro.
  • Pasa todo el tiempo posible con tu compañero, que no te vea como alguien pasajero o extraño, puedes perder su confianza.
  • Muéstrale, siempre que puedas, amabilidad, ellos son muy sensibles, y registran tus movimientos bruscos, no les gustará que lo hagas, recuerda que es un animal muy cariñoso y sociable.
  • No dejes pasar ninguna anomalía de la que te percates, llama siempre a un veterinario para caballos en caso de cualquier duda.

 

Cuida de tu caballo

Cuida de tu caballo

 

Sin embargo, la más importante de las cuestiones a evitar es la siguiente: no te comprometas a tener un caballo si crees no vas a ser capaz de cumplir todo lo anterior. Lo hemos visto en los apartados anteriores, requieren de tiempo, paciencia y dinero, asegúrate de que dispones de todo lo anterior antes de aventurarte a tener este animal de compañía.

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